Se crea un flap (colgajo) corneal con un microqueratomo
Luego, el láser excimer remodela el estroma corneal (capa media) para corregir el defecto visual.
Finalmente, el flap se reposiciona sin necesidad de puntos.
Recuperación rápida (mejoría visual en 24-48 horas).
Molestias mínimas postoperatorias (picor leve, sequedad).
Resultados estables en poco tiempo.
No es recomendable para córneas delgadas o irregulares.
Riesgo (bajo) de complicaciones con el flap (desplazamiento, inflamación).
Ideal para: Pacientes con córneas gruesas y errores refractivos moderados.
Este video es una animación de Zeiss que ilustra los pasos del procedimiento LASIK para la corrección de la visión. A continuación, se describen las etapas quirúrgicas típicas de esta intervención:
Se aplican gotas anestésicas para adormecer el ojo y se coloca un instrumento llamado espéculo para mantener los párpados abiertos.
El cirujano utiliza un microqueratomo para cortar un colgajo delgado en la capa superior de la córnea. Este colgajo se levanta cuidadosamente para exponer el tejido corneal subyacente.
Con el colgajo levantado, se emplea un láser excimer para eliminar cantidades precisas de tejido corneal y remodelar la córnea, corrigiendo así los problemas refractivos como la miopía, hipermetropía o astigmatismo.
Una vez completada la remodelación, el colgajo corneal se coloca de nuevo en su posición original, donde se adhiere de manera natural sin necesidad de suturas.
Este procedimiento suele durar menos de 30 minutos y permite una recuperación visual rápida en la mayoría de los pacientes
Se observa la etapa de ablación corneal realizada con el láser excimer MEL 90 (de Carl Zeiss Meditec), uno de los sistemas más avanzados para cirugía refractiva. A diferencia del SCHWIND AMARIS, este equipo utiliza una tecnología de pulsos láser ultra-rápidos y precisos, mostrando un patrón característico de múltiples puntitos de luz UV que remodelan la córnea.
Proceso del Tallado con MEL 90
Tras crear el flap corneal (con femtosegundo o microqueratomo), el cirujano expone el estroma.
El MEL 90 utiliza un sistema de seguimiento ocular (eye tracker) en 6D (rastrea movimientos en todos los ejes, incluso rotaciones).
El láser se calibra según los datos del paciente (topografía corneal y espesor).
El láser excimer (193 nm de longitud de onda) emite pulsos microscópicos que eliminan tejido corneal sin dañar estructuras adyacentes.
Visualización en el video:
Destellos rápidos y secuenciales (parecen "lluvia de puntos brillantes").
El patrón sigue un diseño personalizado según la corrección:
Miopía: Aplana el centro corneal.
Hipermetropía: Perfila la periferia para aumentar curvatura central.
Astigmatismo: Ablación asimétrica para uniformizar la superficie.
Tasa de repetición: Hasta 500 Hz (más rápido que muchos láseres excimer estándar).
Se elimina el epitelio corneal (capa superficial) con una solución alcohólica o láser.
El láser excimer actúa directamente sobre el estroma para tallar la corrección.
El epitelio se regenera naturalmente en unos días (se coloca una lente de contacto terapéutica para protección).
Sin riesgo de complicaciones con el flap (mejor opción para córneas delgadas).
Mayor seguridad en pacientes con ojo seco o actividades de contacto (deportes de impacto).
Recuperación más lenta (varios días de molestias, visión borrosa inicial).
Mayor incomodidad postoperatoria (ardor, sensibilidad a la luz).
Ideal para: Militares, policías, deportistas o quienes no son candidatos a LASIK.
Este video es una animación de Zeiss que ilustra el procedimiento de la queratectomía fotorrefractiva (PRK), una cirugía ocular con láser para corregir problemas de refracción como miopía, hipermetropía y astigmatismo. A continuación, se describen los pasos quirúrgicos típicos de este procedimiento:
Se administran gotas anestésicas para adormecer el ojo y se coloca un espéculo para mantener los párpados abiertos durante la cirugía.
A diferencia del LASIK, en PRK no se crea un colgajo corneal. En su lugar, se retira la capa superficial de la córnea (epitelio) utilizando una solución alcohólica, un dispositivo mecánico o un láser.
Una vez expuesto el tejido corneal subyacente, se emplea un láser excimer para eliminar cantidades precisas de tejido y remodelar la córnea, corrigiendo así los errores refractivos.
Tras la remodelación, se coloca una lente de contacto blanda sobre la córnea para proteger el ojo y facilitar la regeneración del epitelio durante el proceso de cicatrización.
La recuperación visual en PRK suele ser más lenta que en LASIK, ya que el epitelio necesita tiempo para regenerarse completamente. Sin embargo, PRK es una opción viable para pacientes con córneas delgadas o ciertas irregularidades corneales donde LASIK no es recomendable.
Este video presenta las características del láser excimer SCHWIND AMARIS utilizado en cirugía refractiva. A continuación, se describe la experiencia típica de un paciente durante el día de la cirugía con este tipo de láser:
El paciente debe seguir las indicaciones médicas, como evitar el uso de maquillaje, perfumes o productos para el cabello el día de la cirugía. Además, es posible que se le receten gotas antibióticas para usar antes del procedimiento.
Al llegar, el personal médico realizará una evaluación final y responderá cualquier pregunta. Se administrarán gotas anestésicas para adormecer el ojo y garantizar que el procedimiento sea indoloro.
El paciente se recuesta en una camilla bajo el láser excimer. Se utiliza un instrumento para mantener los párpados abiertos. Se le pedirá que fije la mirada en una luz específica para asegurar la precisión del láser. El láser SCHWIND AMARIS, conocido por su alta precisión y velocidad, remodela la córnea en cuestión de segundos.
Tras la cirugía, es común experimentar visión borrosa, sensación de cuerpo extraño o leve irritación, que suelen desaparecer en pocas horas. Se recomienda descansar y evitar frotarse los ojos.
Recuperación: La mayoría de los pacientes notan una mejora significativa en su visión al día siguiente. Sin embargo, la recuperación completa puede variar según el individuo.
Aunque los láseres excimer son instrumentos extremadamente precisos y avanzados, su correcta calibración es fundamental para garantizar la seguridad y eficacia de la cirugía refractiva (como LASIK o PRK). Aquí las razones principales:
El láser excimer remodela la córnea con una exactitud de micras (millonésimas de metro). Una mala calibración podría provocar:
Sobretratamiento o infratratamiento, dejando al paciente con errores refractivos residuales (miopía, hipermetropía o astigmatismo no corregidos).
Irregularidades en la superficie corneal, causando aberraciónes visuales (halos, destellos o visión borrosa).
Una calibración incorrecta puede llevar a:
Pérdida de tejido corneal excesiva, debilitando la estructura del ojo.
Daño a tejidos adyacentes (como el endotelio corneal).
Cada ojo tiene características únicas. El láser debe estar perfectamente ajustado para adaptarse a:
La humedad ambiental y la temperatura (factores que afectan la energía del láser).
El tipo de corrección (miopía vs. hipermetropía, por ejemplo).
Las normas internacionales (como las de la FDA o CE) exigen verificaciones periódicas del láser para mantener su certificación.
Las cirugías refractivas LASIK y PRK son seguras y efectivas, pero no son aptas para todas las personas. Su viabilidad depende de factores anatómicos, oftalmológicos y de salud general. Aquí te explicamos las razones principales:
LASIK requiere crear un flap corneal (mínimo 480–500 µm de espesor).
Si la córnea es muy fina (<480 µm), hay riesgo de ectasia corneal (deformación).
Alternativa: PRK (no necesita flap) o lentes intraoculares (ICL).
El LASIK/PRK puede debilitar la córnea y empeorar el queratocono.
Solución: Primero realizar cross-linking (para fortalecer la córnea) y luego evaluar otras opciones.
Si hay opacidades por infecciones previas (ej: herpes ocular), el láser no puede trabajar uniformemente.
La miopía, hipermetropía o astigmatismo deben estar estables por al menos 1–2 años.
Pacientes <21 años: Sus ojos aún pueden cambiar.
Tanto LASIK como PRK pueden empeorar temporalmente la sequedad ocular.
Si ya tienes ojo seco grave no controlado, es mejor optar por ICL (no afecta la córnea).
Si tu pupila se dilata >7 mm en la oscuridad, el LASIK puede causar halos nocturnos graves.
Glaucoma avanzado: El aumento de presión intraocular durante el LASIK es riesgoso.
Cataratas: Si ya hay opacidad del cristalino, es mejor operar la catarata con lente intraocular.
Retinopatía diabética: Riesgo de edema macular postoperatorio.
Los cambios hormonales alteran la forma corneal y la graduación.
Se recomienda esperar 3–6 meses después de lactar.
Lupus, artritis reumatoide o síndrome de Sjögren: Pueden afectar la cicatrización corneal.
Lentes intraoculares (ICL): Para miopía alta o córneas delgadas.
Cross-linking + PRK: En queratocono incipiente.
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