El seguimiento regular es clave para controlar la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) y prevenir la pérdida severa de visión. El enfoque varía según el tipo (seca o húmeda) y la gravedad de la enfermedad.
Detectar progresión a formas avanzadas (como atrofia geográfica o DMAE húmeda).
Ajustar medidas preventivas y suplementos.
Etapa temprana (drusas pequeñas): Cada 12-24 meses.
Etapa intermedia (drusas grandes o cambios pigmentarios): Cada 6-12 meses.
Atrofia geográfica (avanzada): Cada 3-6 meses.
✔ Agudeza visual (control de cambios en la visión central).
✔ Rejilla de Amsler (autoevaluación en casa para detectar distorsiones).
✔ Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) (evalúa grosor retinal y atrofia).
✔ Fondo de ojo con dilatación pupilar (busca nuevas drusas o cambios pigmentarios).
Autocontrol con la Rejilla de Amsler (1 vez por semana).
Suplementos AREDS2 (si el oftalmólogo los indica).
Protección UV y luz azul (gafas con filtro).
Dieta rica en luteína/zeaxantina (espinacas, brócoli, maíz).
Evaluar respuesta al tratamiento (inyecciones anti-VEGF).
Detectar reactivación de neovasos.
Fase activa (tras inicio de tratamiento): Cada 4-8 semanas.
Fase estabilizada: Cada 2-4 meses.
✔ OCT (monitorea edema, fluido intraretinal o subretinal).
✔ Angiografía con fluoresceína/verde de indocianina (si hay sospecha de neovasos ocultos).
✔ Agudeza visual (para evaluar eficacia del tratamiento).
Fase de carga: 3 inyecciones mensuales consecutivas (Lucentis, Eylea, etc.).
Fase de mantenimiento: Intervalos personalizados según respuesta ("tratar y extender" o "PRN").
Aparición de distorsión repentina (líneas torcidas).
Mancha oscura central que crece.
Pérdida brusca de visión.
En DMAE seca: El 10-20% progresa a húmeda; la detección temprana salva visión.
En DMAE húmeda: Saltarse revisiones o inyecciones aumenta riesgo de ceguera.