El queratocono es una enfermedad progresiva, por lo que un seguimiento estructurado es esencial para preservar la visión y ajustar los tratamientos según su evolución. A continuación, detallamos el protocolo recomendado según la etapa de la enfermedad.
Etapa del Queratocono
Leve (sin progresión)
Cada 12-24 meses
Moderado (estable)
Cada 6-12 meses
Avanzado o en progresión
Cada 3-6 meses
Post-Crosslinking (CXL)
A los 1, 3, 6 y 12 meses (luego anual)
Post-implante de anillos
A los 1, 3, 6 y 12 meses (luego anual)
Evalúa cambios en la curvatura corneal.
Detecta progresión temprana (aumento de asimetría o elevación).
Analiza el grosor corneal (paquimetría) y estructura en 3D.
Identifica áreas de adelgazamiento o ectasia.
Monitorea la eficacia de gafas/lentes de contacto.
Busca estrías de Vogt, cicatrices o hidrops corneal (en casos avanzados).
Continuar con corrección óptica (gafas/lentes de contacto).
Mantener revisiones según gravedad inicial.
Si no se ha realizado Crosslinking (CXL):
Indicar CXL epi-off (estándar de oro para frenar avance).
Evaluar anillos intracorneales (ICRS) o ICL (si hay miopía alta).
Valorar volver a realizar Crosslinking (CXL)
Valorar trasplante de córnea (DALK o PKP).
Evitar frotarse los ojos (empeora el adelgazamiento corneal).
Usar lentes de contacto especializados (RPG, esclerales) si los tolera.
Controlar alergias oculares (antihistamínicos, lubricantes).
Protección UV (gafas de sol con filtro para evitar daño corneal).
Automonitoreo con rejilla de Amsler (para detectar distorsiones nuevas).
Pérdida brusca de visión.
Aumento repentino de halos o distorsiones.
Dolor ocular + enrojecimiento (posible hidrops corneal).
El 90% de los casos se estabilizan con Crosslinking si se detecta a tiempo.
Los lentes rídigos/esclerales mejoran la visión en el 80% de los pacientes con queratocono avanzado.