La ectasia corneal post cirugía refractiva es una complicación poco frecuente pero seria. Aunque la cirugía corneal ablativa (como PRK, LASIK o superficie guiada) es generalmente muy segura, algunos ojos pueden presentar debilitamiento estructural de la córnea con el tiempo, lo que deriva en ectasia.
A continuación, se exponen sus aspectos clave: incidencia, factores de riesgo, presentación clínica, tratamiento óptico y quirúrgico, y pronóstico.
La ectasia post refractiva es una complicación rara. Por ejemplo, en ojos sin factores de riesgo detectables, las tasas estimadas son:
PRK: 0,020% por cada 100,000 ojos
LASIK: 0,090% por cada 100,000 ojos
SMILE: 0,011% por cada 100,000 ojos
En general, la mayoría de las cirugías corneales ablativas se realizan sin complicaciones graves y con buenos resultados visuales.
Sin embargo, la ectasia cuando ocurre tiende a comportarse de forma más agresiva, con progresión más rápida que en la ectasia primaria (como el queratocono idiopático).
Varios factores predisponentes aumentan la probabilidad de que ocurra ectasia después de cirugía refractiva:
Espesor corneal disminuido antes de la cirugía (córnea delgada).
Grosor residual del lecho estromal (Residual Stromal Bed, RSB) bajo (< 300 µm aprox).
Profundidad de ablación elevada (> 75 µm).
Porcentaje de tejido alterado (PTA, percent tissue altered) elevado (> 40 %).
Edad joven al momento de la cirugía.
Alto grado de miopía o astigmatismo preoperatorio.
Topografía corneal sospechosa o irregularidades sutiles (forme fruste de queratocono) que podrían no haber sido detectadas.
Vale la pena señalar que en estudios se ha observado que en aproximadamente el 30 % de los casos de ectasia post ablativa no se identifica un riesgo claro previo.
La ectasia post ablativa suele progresar más rápidamente que una ectasia espontánea normal.
Los síntomas iniciales pueden incluir:
Disminución progresiva de la agudeza visual.
Necesidad de corrección óptica con mayor graduación (más miopía o astigmatismo).
Distorsiones visuales, visión borrosa irregular.
La progresión puede comenzar varios meses después de la cirugía, e incluso años más tarde.
En estudios, el intervalo promedio desde la cirugía al diagnóstico de ectasia fue de ~73 meses (unos 6 años), aunque con gran variabilidad.
Para detener la progresión del adelgazamiento y deformación corneal, es fundamental hacer cross-linking corneal (CXL) lo más pronto posible una vez que se detecte ectasia activa.
El CXL fortalece la matriz corneal mediante la formación de enlaces adicionales entre fibras de colágeno, lo que ayuda a estabilizar la córnea.
Incluso con cross-linking, algunos ojos pueden seguir progresando si la ectasia es muy avanzada.
En múltiples casos se ha demostrado que CXL es una medida efectiva para detener la progresión.
Para mejorar la visión en ojos con ectasia refractiva, se pueden utilizar las siguientes estrategias ópticas:
Lentes rígidos permeables al gas (RGP): son una de las opciones más utilizadas para corregir la irregularidad corneal y obtener buena agudeza visual.
Sistema Piggyback: lente blando bajo + lente rígido encima, combinando comodidad y calidad visual.
Lentes esclerales: permiten una cómoda adaptación en córneas muy irregulares y ofrecen buena calidad visual, especialmente en casos avanzados.
En casos donde estas modalidades no sean suficientes, se puede considerar segmentos corneales intraestromales (ICRS, “anillos”), que modifican la curvatura corneal y favorecen la regularización morfológica.
Estas opciones muchas veces se combinan con el tratamiento de cross-linking para estabilizar la ectasia y mejorar la visión simultáneamente.
En casos muy severos o agresivos (cicatrices, adelgazamiento extremo, progresión rápida pese al CXL), puede requerirse un trasplante de córnea (PKP o lamelar) como opción de rescate.
En algunos casos combinados, se pueden usar técnicas híbridas: cross-linking + ICRS + ablación guiada, antes de llegar al trasplante