La recidiva del pterigión es una de las complicaciones más conocidas y temidas tras su extirpación. Aunque la cirugía moderna ha reducido significativamente su frecuencia, existen factores que aumentan el riesgo de que reaparezca. Comprenderlos ayuda tanto al paciente como al cirujano a planificar un tratamiento adecuado y realista.
La posibilidad de que el pterigión regrese está influenciada por diversos elementos, entre ellos:
Pterigiones de gran tamaño o con un comportamiento agresivo suelen tener mayor riesgo de recidiva, ya que implican mayor cantidad de tejido fibrovascular invadiendo la córnea.
Uno de los factores más determinantes es no retirar completamente la Tenon subconjuntival.
Una Tenon muy grande o el no resecarla adecuadamente aumenta la probabilidad de crecimiento fibrovascular posterior.
La radicación UV es un factor clave tanto en la aparición inicial como en la recidiva del pterigión.
Los pacientes con mayor exposición solar sin protección adecuada tienen más riesgo de que reaparezca.
El cierre simple sin autoinjerto ha demostrado tasas de recidiva significativamente más altas.
Hoy en día, el estándar moderno consiste en realizar un autoinjerto conjuntival para cubrir el defecto quirúrgico y establecer una barrera física que disminuya la proliferación de tejido.
Los pterigiones recurrentes son cirugías más complejas que los primarios y requieren una planificación más meticulosa.
En casos de recidiva se debe nuevamente intentar resecar toda la Tenon patológica para minimizar la proliferación celular posterior.
Sigue siendo el tratamiento de elección siempre que el defecto lo permita.
Cuando el defecto es demasiado grande y no es posible obtener un autoinjerto completo, la membrana amniótica se convierte en una excelente alternativa para cubrir la zona afectada.
En mi experiencia, el uso de pegamento tisular ofrece ventajas especialmente en defectos grandes, mejorando la estabilidad, reduciendo inflamación y favoreciendo una recuperación más rápida en comparación con suturas tradicionales.
En casos donde se sospecha insuficiencia límbica asociada, puede ser necesario añadir técnicas como SLET o mini-SLET para reestablecer la población de células madre del limbo.
La dificultad técnica de la cirugía
El tiempo quirúrgico
El uso de materiales como pegamento tisular o membrana amniótica
La responsabilidad quirúrgica
Los costos asociados al procedimiento
Por ello, es fundamental individualizar cada caso y ofrecer al paciente la mejor estrategia de manejo disponible.
Después de una cirugía de pterigión, especialmente en casos de recidiva, se recomiendan medidas permanentes:
Protección solar de por vida, mediante gafas con filtro UV
Uso prolongado de lágrimas artificiales, dado que muchos pacientes presentan ojo seco asociado
Revisiones periódicas con el oftalmólogo
Estas medidas contribuyen a mantener el ojo estable y reducir el riesgo de una nueva reaparición.