La cirugía de catarata es hoy en día uno de los procedimientos quirúrgicos más realizados en el mundo y cuenta con altas tasas de éxito y seguridad. Los avances tecnológicos, la precisión del equipamiento y la experiencia de los cirujanos permiten obtener resultados visuales excelentes en la gran mayoría de los pacientes.
Sin embargo, como cualquier intervención médica, no está completamente libre de complicaciones. Aunque poco frecuentes, estas pueden presentarse durante la cirugía o en el periodo postoperatorio, por lo que es fundamental conocerlas, identificarlas y tratarlas oportunamente.
Algunas condiciones del paciente o del propio ojo pueden hacer que la cirugía sea más compleja, incrementando la posibilidad de incidentes intraoperatorios. Entre los principales factores se encuentran:
Una mala dilatación dificulta el acceso y la visualización durante la cirugía.
Requieren mayor energía para fragmentarse y extraerse, lo que incrementa el riesgo quirúrgico.
La cirugía requiere que el paciente mantenga la mirada estable y evite movimientos bruscos.
Una enfermedad que afecta la estabilidad del cristalino y aumenta el riesgo de complicaciones.
También pueden modificar el pronóstico.
Aunque poco frecuentes, las complicaciones pueden presentarse incluso en manos expertas. Algunas de las más conocidas incluyen:
Puede dificultar la colocación del lente intraocular y aumentar el riesgo de otras complicaciones.
Situación en la que no es posible implantar el lente intraocular durante la misma intervención.
Requiere una cirugía adicional para su recuperación por parte de un cirujano vítreo-retinal.
Es una de las complicaciones más graves. Puede provocar pérdida severa de visión e incluso, en los casos más extremos, llevar a:
Evisceración (extracción del contenido ocular) por una infección no controlada.
Rarísimamente, riesgo vital, si la infección sistémica no responde al tratamiento.
Más probable en ojos predispuestos o tras complicaciones intraoperatorias.
Inflamación en la parte central de la retina que puede causar disminución de la visión, generalmente tratable con antiinflamatorios.
Inflamación, aumento de la presión intraocular o desplazamiento del lente intraocular, entre otros eventos menos severos.
Afortunadamente, hoy las complicaciones son raras, gracias a los avances en:
Tecnología quirúrgica
Equipos de facoemulsificación modernos
Materiales de lentes intraoculares de alta calidad
Mejoras en técnicas de esterilización
Mayor experiencia de los cirujanos
La gran mayoría de las cirugías de catarata transcurren sin incidentes y con excelentes resultados visuales.
Además, incluso cuando ocurre una complicación, la oftalmología moderna cuenta con múltiples herramientas y terapias para tratarlas con éxito, preservando en muchos casos una buena función visual final.