La cirugía refractiva ablativa con láser (LASIK, PRK, SMILE y técnicas lenticulares) es uno de los procedimientos más estudiados, seguros y precisos en la medicina moderna. La gran mayoría de los pacientes obtiene resultados excelentes y estables.
Sin embargo, como cualquier procedimiento quirúrgico, no está exenta de posibles complicaciones. Nuestro compromiso es explicar estas situaciones con total transparencia, siempre basando las decisiones en la ciencia, la experiencia quirúrgica y en la seguridad del paciente.
La infección es la complicación más seria que puede presentarse tras una cirugía refractiva. Afortunadamente, su incidencia es muy baja.
Para minimizar este riesgo, seguimos protocolos estrictos de seguridad:
Cirugías realizadas bajo condiciones de máxima asepsia.
Cumplimiento riguroso de protocolos quirúrgicos internacionales.
Uso de antibióticos profilácticos.
Indicaciones postoperatorias claras y seguimiento cercano.
Aunque es una complicación rara, debe detectarse y tratarse de manera inmediata, ya que puede comprometer la visión si no se maneja a tiempo.
Otra posible complicación es la presencia de un defecto refractivo residual, es decir, que quede una pequeña graduación después de la cirugía.
Es importante destacar que:
Los láseres actuales son extremadamente precisos.
En la inmensa mayoría de los casos se deja la menor graduación posible.
No obstante, en determinadas situaciones puede persistir un defecto residual que, si es clínicamente relevante, puede tratarse nuevamente con láser mediante un retoque refractivo.
Factores de riesgo para requerir un retoque:
Graduaciones no estables antes de la cirugía.
Operar sin haber alcanzado estabilidad refractiva completa.
Altas graduaciones tratadas.
Astigmatismos elevados.
Colaboración limitada del paciente durante la cirugía (movimientos involuntarios).
Un retoque no debe considerarse un fracaso, sino una posibilidad contemplada dentro del plan quirúrgico moderno.
En LASIK se crea un flap corneal, que debe reposicionarse adecuadamente al final de la cirugía.
Posibles problemas:
Desplazamiento del flap por frotamiento ocular, voluntario o involuntario.
Traumatismos accidentales.
Reposición inadecuada del flap al finalizar la cirugía.
Si se detecta un problema con el flap, este debe reposicionarse lo antes posible para evitar alteraciones visuales o complicaciones mayores.
En las técnicas lenticulares, como SMILE:
Puede ocurrir que la lenticula refractiva no se disecte o retire completamente.
Actualmente, con equipos modernos y una adecuada calibración, esta complicación es poco frecuente.
La ectasia corneal es una complicación rara pero temida por los oftalmólogos, ya que cambia de forma significativa el escenario visual del paciente.
Se caracteriza por un adelgazamiento y deformación progresiva de la córnea.
Factores de riesgo asociados
Alteraciones topográficas previas, incluso sutiles.
Tratar una cantidad elevada de dioptrías.
Córneas delgadas o con biomecánica comprometida.
Por esta razón, la valoración preoperatoria exhaustiva (topografía, paquimetría, análisis biomecánico) es fundamental para reducir este riesgo.
El haze corneal es una cicatrización anómala que puede comprometer la transparencia de la córnea. Se observa con mayor frecuencia en la técnica PRK.
Factores de riesgo para haze corneal:
Tratar más dioptrías de lo recomendado para PRK.
Exposición temprana o excesiva a rayos ultravioleta.
Procedimientos combinados, como PRK + crosslinking.
Actualmente, el uso de mitomicina C, una adecuada selección del paciente y un seguimiento estrecho han reducido de manera importante esta complicación.
Ojo seco transitorio.
Halos o deslumbramientos nocturnos, generalmente temporales.
Fluctuación visual en el periodo de cicatrización.
La mayoría de estas alteraciones son transitorias y mejoran con el tiempo y el tratamiento adecuado.
La cirugía refractiva ablativa es un procedimiento altamente seguro cuando se:
Selecciona correctamente al paciente.
Se basa en estudios objetivos y modelos matemáticos precisos.
Se realiza con tecnología moderna y experiencia quirúrgica.
Nuestro objetivo siempre es mejorar la calidad de vida del paciente, priorizando la seguridad por encima de cualquier expectativa estética o refractiva.
La clave del éxito está en una valoración preoperatoria rigurosa, una cirugía cuidadosa y un seguimiento cercano.